Ya apenas sale cuando viene al pueblo, si acaso a lo de Juanra o al jardín porque es marido, padre y eso ocupa más tiempo además de los actos que el pueblo tenga preparados para él o encargos.

Es un hombre grande y no puede disimular cosas evidentes como la misma panza que yo llevo (me lo tengo que mirar) y eso no es de nacimiento, eso es de comer bien. De gustarle lo bueno al igual que ahora mismo está juntando letras en su honor.

No sé si fue él primero o yo. La cuestión es que ambos nos dimos cuenta de que las camisas de lino sueltas y guayaberas junto a los sombreros panameños nos quedan bien, parecemos más delgados pese a nuestras mismas hechuras y diferencias. Nuestro protagonista tiene nariz afilada como todos los Mercado teniendo menos arrugas que Camilo Sesto cuando Camilo era Quinto (que en paz descanse)…y es así de certero, como os lo cuento. Yo, el culo más respingón y gordo como toda la trope de los Pardo o los Luna.

Aunque de forma corpórea seamos similares, semejantes ó “asemejaos” como me dicen en el pueblo…ya quisiera yo tener su capacidad y su arte.

Pocos han tenido de mascota a un mochuelo, sí, como lo leen, un mochuelo de nombre Mochi. Para qué complicarse la vida el hombre y bautizar al nocturno pájaro con nombres más imaginativos o esotéricos…lo que sí es cierto es que cuando el niño se acostaba, «El Mochi» fijábase en el chaval durmiendo con los ojos más abiertos que Sabina cuando era Sabina junto a Manolo Tena un sábado por la noche.

En la Mayordomía de sus padres allá por el 79 tuvo, junto a su hermana, los arrestos necesarios para hacer un mural más grande que el Guernica de Picasso, con su pueblo retratado donde no faltaba el Castillo, la Guaría y el Santuario…todo hasta el más mínimo detalle recordándolo yo aunque fuese un enano y años hayan pasado. La habitación roja quedóse así, tal cual. A nadie, frente a esa obra de arte, “atreviose” a descolgar los lienzos imaginativos y precisos de los hermanos.

Vayan ustedes averiguando por dónde van mis calles…

De forma evidente, ésto es un relato/homenaje y nuestro protagonista, ilustre hijo de Santisteban y de Ateneo también tuvo su pasado. De hacer mil cosas y quedarse con lo bueno, probando, con lo que él es verdaderamente experto… aunque me ha dicho un pajarillo (no Mochi porque está en el cielo) que es un verdadero experto haciendo caricaturas y por su puesto, quiero una, pero sigamos con el reto con el fin de esclarecer el secreto.

El muchacho tiene el pasaporte del Camino de Santiago más sellado que el tío de las postales de los Fráguel y en Pentecostés te aguanta más de una verbena si la cosa cuadra y se lo propone.

Su vida, sus pinceles, su Carmona y su pueblo, Santisteban, donde jamás duda en hacer exposiciones memorables para que el resto de vecinos que visitamos sus trazos podamos deleitarnos…..pero de eso hablaremos más adelante.

Lo que sí es cierto es que sólo hay un lugar donde nuestro protagonista se siente pleno. Lejos de aquí. Lejos del ruido sevillano y santistebeño. Ese lugar es Corterrangel. Quedar allí con su amigo el Chato mientras restaura cualquier iglesia o ermita de Aracena. Cuestión que no me extraña nada porque yo también tengo mi «barca anclada» en Miranda del Rey, mi Patria Chica qué, para quien no lo sepa, es una pequeña aldea de Despeñaperros qué, sin menospreciar nuestras raíces hay lugares en los que uno, por siempre, se quedaría a vivir sin pensarlo ni por un momento.

Se cayó siendo adolescente. Su brazo en cabestrillo al estilo Forrest Gump pero al revés, en vez de piernas atadas, nuestro protagonista iba como Robocop con el brazo en alto, abriendo las dos puertas de su casa frente al Mancheguillo. Su extremidad de forma perfecta paralela al suelo era idónea para sacar la bandera del pueblo entrando en la plaza de toros con la Mayordomía antes del paseillo de los toreros, o como espantapájaros, con su brazo aguantando a los grajos (a Mochi se lo cargaron, pero eso que lo cuente Marisa Mercado)

Se giraba y te daba en los hocicos con su brazo escayolado por pedir, para Reyes Magos una tabla con cuatro ruedas atornilladas, vamos, un monopatín… era una pena verlo porque cuando el grupo de la verbena cantaba lo de la cuchara y el tenedor él se quedaba siempre en lo de tetera…

…Y ahora vamos a lo serio;

Sí lo sabemos y no sabemos lo que tenemos al mismo tiempo. En círculos foráneos se le valora como pintor, restaurador o imaginero pero ésto es para que todos los santistebeños sepamos lo que albergan éstos tres cerros, lo que han parido y criado en el pueblo. Nadie es profeta en su tierra excepto él, creo, pero en ese tema tampoco voy a entrar porque es fuera donde hay que demostrar y si eso…y si eso… aquí te valorarán. Tan cierto como triste pero siempre ha ocurrido en todos los pueblos. Y craso error el que cometemos todos tropezando en la misma piedra cuando aquí tenemos a Miguel Ángel Mercado defendiendo su obra reconocida en medio planeta. Mi más sincero agradecimiento cuando monta una exposición en su pueblo, para que la veamos los oriundos y no nos dignemos a «echar cinco minutos» viendo sus magníficas obras. Seamos vecinos, seamos culturetas, seamos más de chuletas en el Molino o en la Vega. Seamos de ir de chanteos o a la huerta… seamos de lo que nos identifiquemos no podemos dar la espalda a los creadores del pueblo. Es nuestra esencia y lo que queda cuando ya no estemos aunque ustedes no lo crean.

Miguel Ángel Mercado, vecino y amigo. Cuando mi hermana aprendía danza de tu hermana te recuerdo, recién llegados de Holanda, pintando sobre una escalera la semblanza de Santisteban allí en tu casa conforme entras a la izquierda…

Aparte de gran pintor, excelso y profesional (a la vista está y cómo ejemplo pongo el retrato que hiciste de Juanma Moreno para San Telmo donde has sido capaz, no de retratar su cara sino su esencia) eres una gran persona que por tu pueblo y tus raíces lo das todo. Te conozco. No te pongas colorado porque tu mujer, tus hijos y…en definitiva tu familia, al igual que yo, sabemos que llevamos razón…

Me he dejado muchas cosas buenas fuera de éste texto no por tí, maestro, sino para que el resto de vecinos que no conozcan toda tu trayectoria busquen en Google tu nombre…que cuando lean todo y se sienten a tomar una cerveza en cualquier bar del pueblo y estés tú en la mesa de al lado, sepan que eres su vecino y que tu arte también es de ellos, del pueblo…

Y por supuesto, como vivo en Bujalance, en cuanto me llames, estoy en Carmona en menos de una hora para ver tu estudio y tomar una cerveza con nuestras camisas guayaberas…y mi sombrero.

 

A sus pies Maestro y Gran Hombre que pasas sin hacer ruido pero en todas tus obras somos capaces de ver tu delicadeza y tu furia que todo Gran Artista guarda en su corazón.