Daba igual el Papa. Ya fuera Juan Pablo Segundo, Juan XXIII o el de ahora, Francisco (que de seguro ella lo llamaría Paquillo) porque viniera quien viniese, en cuanto asomaran los hocicos por el Charnaque firmes los ponía y en su sitio.
Insignificante cuestión para ella era el sacerdote que a Santisteban llegase porque ni de coña iba ella a bajar a lo de Pita para hacer una copia a las llaves del Templo. Era la Doña de la Parroquia de San Esteban;
– Padre, bienvenido ¿usted quiere dar misa?
– Sí, es lo que manda la iglesia, la eucaristía.
– Bueno, pues aquí en Santisteban ¡la Iglesia soy YO! No hay más.
– A sus órdenes ¿Qué hora es la mejor para dar misa, señora?
-Señorita si no le importa.
 Quisiera que muchos (que fuera del pueblo viven) la hubiesen conocido dando catequesis a los muñecos que éramos nosotros. Ni siquiera nos libraban los «galones» de ser monaguillos porque cuando nos veía jugar al Ping-Pong sobre la mismas mesas que ella enseñaba la Palabra de Dios… Le entraba el demonio dentro ya fuera Leviatán, Asmodeo o el propio Lucifer o todos juntos allí dentro de su pequeño cuerpo henchido de mala uva.
¡Qué genio! ¡Cómo juntaba las cejas y salían de su boca rayos y centellas!
Pero no confundan «genio» con ser mala persona, en absoluto caigan ustedes en yerro.
 Allí estaba ella, poniendo orden mientras daba catequesis a chiquillos y chiquillas.
El resto de equipo catecúmeno, más dóciles que el párroco de turno y si no que se lo pregunten a mi tía Paqui Lozano, que cuando hablaba Carmen se ponía más firme que una legionaria haciendo la mili en Melilla o Ceuta.
«Josú» qué genio gastaba Carmen Nieto.
Menos mal que con ella no se ha cumplido el proverbio…Cuanto más viejo más pellejo… porque si no, a ver quién aguantaba al bicho de cuerpo pequeño…
Pero hay que comprender que eran otros tiempos y ella vivió en sus carnes las Dos Iglesias, la primera antes del 76 y la segunda, más abierta, cuando comenzó gobernando UCD y después llegaron el resto.
El caso es que la conocí hace ya un porrón de años y como ahora, a la moda, siempre vistió igual. Tan igual, que un día, como vecinos que somos, dijeron mis padres de ir a Los Pilancones (cuando se podía entrar) para hacer unas habichuelas al fuego (de lavaero)…se la invitó y ella aceptó, pero se vino ya «prepará» con su vestimenta y semblanza por si se le hacía tarde para subir a la Novena de Nuestra Señora Patrona La Virgen del Collado.
Lo que ella no calculó es que después de estar harticos de judías blancas con chorizos y careta, el coche se atrancó y además, creyó la mujer que la fuerza de sus brazos era tan grande como su fe en Dios…………….La pobre se equivocó.
El coche empezó a patinar, a escupir barro hacia atrás, cada vez más hundido y ella…
…ella detrás empujando como los nazarenos subiendo por el saltadero con la Virgen de la Amargura en ruedas…
…Amargura era lo que llevaba la mujer porque parecía un Ferrero Rocher «lleníca» de barro, césped…. y hace años de esos sucesos pero también llevaba trozos de algo que para mí que era mierda.
Carmen no habló nada camino al pueblo, no llegaba ni llegó a la novena de la Virgen pero qué le vamos a hacer… la pobre tuvo que ir directa al baño para darse friegas cual hereje descubierto y excomulgado.
He de reconocer, como muchos y muchas con los que me hablo, que a Carmen los años le han sentado mejor. Calmóse el Genio de San Esteban. Se convirtió en una persona «muchisisisimo» más cariñosa y afable. ¿La razón? No la sé, pero si os puedo decir que desde monaguillo hasta ahora, Carmen Nieto, como todas las personas, ha tenido su evolución y además para bien, aunque ella no lo vea y crea que sigue siendo la misma que fue.
Algunas veces pienso que si hubiese existido en sus tiempos un convento en el pueblo, ella, volcada a La Virgen del Collado, Dios, su Hijo y San Esteban, hubiese sido confesa, vestido los hábitos y con su «arrojo» hubiera ascendido en el cargo aunque incluso siendo novicia hubiese puesto faldas arriba a la madre superiora por lo menos…
…Pero no se dió el caso, y da igual porque lo que es indiscutible es que más de media vida la ha dedicado a Dios y a la Iglesia y, sin ella, muchísimas cosas no se hubiesen hecho ni siquiera funcionado. También, ayudando a gente de forma anónima y sin ánimo de protagonismo cuando de verdad se tenía que ayudar al prójimo de forma sucinta.
Carmen Nieto es mi vecina desde toda la vida y me ha demostrado desde siempre que me quiere como a un familiar, que se alegra cuando la visito, o cuando la mujer sale a la puerta con su andador a recoger los benignos rayos de sol sobre su rostro y pequeño cuerpo apoyado en su andador, y se alegra de ver allá cerca de su puerta a la gente que aprecia…
Siempre ha sido una persona buena y honesta como muchos vecinos de Santisteban, que posiblemente, cuando coincidíamos en la iglesia, la mujer pasaba por su peor momento vital como le ocurre alguna vez en la vida a todas las personas y, he de aclarar para que no se me malinterprete, que este relato no es un palo para sus costillas, que es totalmente lo contrario, es la mejor vecina y amiga que se puede tener en la calle Joaquín Mercado. Guapísima con su pelo ahora blanco, con sus faldas por debajo de la rodilla, sus medias, rebequillas sobre el blusón blanco igual que en los años que no existía el Technicolor, Canal Sur, Guaría y Castillo en blanco y negro… Siempre a la moda, porque su moda es la ropa con la que ella siempre se ha encontrado cómoda…
…Y aquí termina mi homenaje a Carmen Nieto que quiero que reciba en vida, que se lo lea Cristóbal Ángel, Juan Ramón, Mari Carmen o un mismo servidor, pero una cosa si que te digo «Carmencita»…
Con la mala uva que has tenido allí en la parroquia, tampoco se te iba cuando te pedía un corte de helado. No perdiste ni una puñetera peseta, ¡menudo ojo tenías para hacer los cortes de cinco duros!… La barra de «helao» te duraba todo el verano y llegaba al día de las lumbres de San Esteban…
Bonus Track: Carmen, una vez te sisé un Maxibon mientras tú tenías la oreja pegada en la radio con Elena Francis o viendo a la Topacio, no recuerdo bien, pero como han pasado más de 30 años el hurto está prescrito. Cuando te vea te invito a un tinto de verano en lo de tu sobrino político Juan Ramón.