No voy a hacer un retrato de alguien que ya conoce toda España y medio Linares. Simplemente empezaré a decir que ya era distinto desde pequeño.
Sus padres y hermanos lo sabían y por eso, a su brío lo dejaron suelto, como sobrero… Eran otros tiempos… Nada que culpar y reprochar, diéronse cuenta ellos a los pocos años de que en su familia imprescindible era pese a las reticencias de la época.
Y al resto decirles que Canal Sur no existía y en la mayoría de vuestras casas, la Primera y la Segunda en blanco y negro se veía.
De cuando yo era muy pequeño no puedo opinar sobre él pues mis recuerdos eran tan cortos como mi estatura o peso. Pero, me puedo imaginar la complejidad de vivir en aquellos años con la presión de un pueblo cerrado como el nuestro, y aquí, hago hincapié dando un consejo a tod@s (yo incluido);
«Lo mismo somos el todo y lo mismo somos la nada. Nos damos a nuestros egos y pensamientos demasiada importancia»
Pasó el tiempo, bastante, y el pueblo supo ver (tarde bajo mi criterio) con qué tipo de persona nos hemos topado y que aún sigue apoyando y resolviendo problemas comunales o particulares. Eso amig@s, no tiene precio.
Años 80 y 90, si no más, llamando al protagonista Mariquita tras las esquinas, refiriéndose a él con sorna en los bares donde iban a «ligar» los Machos Ibéricos…Maricón, con tilde en la ó de ón, bisexual sin tilde, bujarrón, chapero…Cabezaporrón…y cosas aún peores…supervivió… Y eso creo, porque aquí sigue junto al resto de ustedes ayudando y resolviendo.
Podría hablar de cuando tenía el pelo largo y lo guapo que era, de cuando se le empezó a caer el pelo de la azotea haciendo honor a su mote pero siempre siendo la misma buena persona.
Podría hablar cuando comenzó a bailar sevillanas o tangos y remataba cada final con un grito al estilo Pitingo (es decir, fatal…el grito) porque bailar, baila como los dioses griegos.
Podría hablar de muchas cuestiones particulares vividas en casa, con él y mi familia durante muchos años pero éste relato es su homenaje así que no entraré en detalles. Sólo decir que han sido muchos los momentos.
Vecinos y vecinas del pueblo, el nuestro, enclavado entre olivares y sierras. Tengo que decir que mi Amigo/Hermano Justo es un imprescindible de Santisteban, lo siento, es la verdad pues lo demostró, y sigue demostrándolo día a día y año a año con su trato y su responsabilidad para con todos vosotros con su esfuerzo y trabajo.
Sólo puedo decir que el pueblo suerte tiene de que él haya tenido el aguante durante tantos años de aguantarnos y que decidiese no hacer la huida lógica frente al sin-vivir. Gracias también a Mayte Parra, Las Severinas y María de la Ferretería porque estoy seguro de que su camino y su destino, un poco más plano se lo han puesto o pondrían en su momento.
Lo que no te perdono es que cada día vayas más hortera con esas camisetas y que mi madre te pintara las Meninas y a mí no. Cabrón.
Aparte queda lo del pelo, cada día más pelón, pero sigues siendo el más guapo y el tío con más salero del pueblo.
A mi hermano, como nos llamamos de vez en cuando pese a la ausencia de llamadas y mensajes desde La Candelaria a Reyes Magos…que no se te olvide ésto;
El pueblo te debe más que tú al resto…